El Valle de Qadisha fue el escenario de uno de los primeros y más importantes asentamientos monásticos cristianos del mundo. Sus monasterios –antiquísimos en gran parte– se alzan espectaculares en medio de un paisaje accidentado. En sus cercanías se encuentran los vestigios del gran bosque de cedros del Líbano, sumamente apreciados en la Antigüedad para la construcción de grandes edificios religiosos.
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