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Necrópolis

Necrópolis fenicia

El cementerio fenicio constituía una necrópolis de incineración, formada por fosas excavadas en la arena a una profundidad que variaba desde los 30 centímetros a un metro. En la fosa se introducía una urna cineraria con las cenizas del difunto, junto con jarros para perfume o incienso, escarabeos y diversas joyas. En ocasiones se colocaban también estelas con inscripciones conmemorativas. Los enterramientos se disponían formando parejas y el ritual fúnebre consistía en romper vasos y platos sobre la tumba. Las diferencias de riqueza de los ajuares funerarios encontrados indican los distintos niveles económicos y sociales de los fallecidos.

Necrópolis romano-bizantina

Está formada por unos 300 sarcófagos de piedra y mármol dispuestos a ambos lados de la avenida central. Pertenecen a las épocas de los imperios romano y bizantino ​y están datados entre los siglos II y V. Se pueden distinguir sarcófagos romanos de mármol adornados con delicados bajorrelieves, otros en forma de capilla con nichos donde se alojaban las cenizas o el cuerpo del difunto, tumbas tan grandes como pequeñas villas u otras más modestas.6Un primer sarcófago fue exhumado en 1940 por soldados franceses destinados en Tiro, pero el conjunto de la necrópolis no fue descubierto hasta la década de 1960. Algunas de sus tumbas tienen inscripciones griegas con el nombre de su dueño o su profesión, como una que indica «Rico fabricante de tinte púrpura»